'Teléfono explosivo, aerosol tóxico': una cronología de ataques encubiertos israelíes | Noticias del mundo

El Líbano ha culpado a Israel por el sabotaje de miles de buscapersonas que hicieron que explotaran, matando a varias personas e hiriendo a miles, en un aparente intento de debilitar al grupo militante islamista Hezbolá.

La gente revisa los escombros después de que una escuela utilizada como refugio por palestinos desplazados fuera alcanzada por un ataque israelí en el barrio de Shujaiya, en la ciudad de Gaza, el 18 de septiembre de 2024, en medio de la guerra en curso entre Israel y el grupo militante Hamás. (Foto de Omar AL-QATTAA / AFP)

Israel no ha confirmado ni negado su responsabilidad por el ataque, que se produjo después de casi un año de disparos de cohetes transfronterizos entre ambas partes en un segundo frente de la guerra en Gaza.

Los funcionarios de las Naciones Unidas, del gobierno y de la industria tecnológica se quedaron rascándose la cabeza sobre cómo se había llevado a cabo la serie coordinada de explosiones, aunque los veteranos de las agencias de inteligencia israelíes Mossad y Shin Bet han hablado abiertamente sobre asesinatos en el pasado, algunos de los cuales requirieron altos niveles de ingenio técnico u operativo.

Llamada telefónica mortal

En 1996, el Shin Bet utilizó un teléfono móvil equipado en secreto con explosivos para matar a Yahya Ayyash, un maestro fabricante de bombas de Hamás apodado “el Ingeniero”, en Gaza. Un intermediario palestino le dio a Ayyash el teléfono para que recibiera una llamada de su padre. Cuando los espías israelíes verificaron que era la voz de Ayyash la que hablaba, el teléfono fue detonado a distancia, causándole una herida mortal en la cabeza.

Veneno para el cuello

En represalia por una serie de atentados suicidas de Hamas en 1997, el entonces primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó el asesinato del jefe del politburó del grupo islamista palestino, Khaled Mashaal, en la capital jordana de Ammán.

Dos agentes encubiertos del Mossad rociaron veneno en la nuca de Meshaal cuando salía de su coche para una cita. Uno de ellos abrió una lata de Coca-Cola previamente agitada para dar una explicación inocente sobre el líquido. El plan fracasó porque la hija de Meshaal corrió tras él, lo que provocó que un ayudante se diera vuelta y se diera cuenta de los posibles asesinos.

Fueron capturados por la policía jordana y repatriados sólo después de que Israel proporcionó un antídoto para salvar la vida de Meshaal.

Turistas falsos

Mahmoud al-Mabhouh, un comprador internacional de armas para Hamas, fue encontrado muerto en su habitación de un hotel de Dubai en 2010. Las autoridades emiratíes inicialmente consideraron que la muerte fue por causas naturales, pero reabrieron el caso después de que el grupo palestino con sede en Gaza acusara a Israel de matarlo.

La investigación posterior reveló imágenes de cámaras de seguridad que mostraban a un equipo del Mossad que utilizaba pasaportes europeos clonados y se hacía pasar por turistas que jugaban al tenis, empresarios o personal del hotel, vigilando a Mabhouh y llegando a su habitación de hotel. Una autopsia determinó que Mabhouh había sido sedado y asfixiado.

Explosiones de tráfico

Entre 2010 y 2020, alrededor de media docena de científicos nucleares iraníes murieron o resultaron heridos en ataques con armas de fuego o explosiones que las autoridades atribuyeron a Israel. La mayoría de ellos fueron causados ​​por bombas magnetizadas que habían sido colocadas en vehículos por motociclistas que pasaban por allí, según informes de los medios estatales iraníes.

Israel no ha confirmado que esté detrás de ninguno de los ataques, aunque sus funcionarios reconocieron estar enfrascados en una guerra en la sombra con Irán. Un ex primer ministro israelí, Naftali Bennett, se atribuiría posteriormente la responsabilidad de un asesinato similar en la capital iraní en 2022.

Francotirador satelital

Mohsen Fakhrizadeh, el principal científico nuclear de Irán, fue asesinado a tiros mientras conducía en un convoy en las afueras de Teherán en 2020. Algunos medios iraníes informaron que Israel utilizó un rifle de francotirador controlado por satélite montado en la parte trasera de una camioneta y equipado con reconocimiento facial por inteligencia artificial. Israel no confirmó el asesinato, aunque Netanyahu había identificado previamente a Fakhrizadeh como jefe de un programa secreto de armas nucleares iraní, diciendo: “Recuerden su nombre”.

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