El segundo sindicato más grande de Estados Unidos, los Teamsters, decidió no respaldar ni a Kamala Harris ni a Donald Trump para la Casa Blanca en las elecciones de noviembre.
¿Podría la decisión del poderoso organismo influir en la votación? ¿Y puede marcar alguna diferencia el hecho de que varias delegaciones locales en estados clave hayan desafiado ese consenso para apoyar a Harris?
¿Quiénes son los Teamsters?
Oficialmente conocido como la Hermandad Internacional de Camioneros, el sindicato, cuyos miembros suman aproximadamente 1,3 millones, se formó en 1903.
Desde entonces, se ha expandido desde representar a los camioneros a -según sus propias cifras- hablar en nombre de alrededor del 10 por ciento de los miembros de sindicatos estadounidenses, en sectores como la agricultura, la aplicación de la ley, la atención médica y la aviación, negociando por ellos y haciendo huelga cuando es necesario.
Según su sitio web, un empleado del sector privado sindicalizado gana en promedio un 38 por ciento más que uno no sindicalizado y recibe un 54 por ciento más de beneficios.
¿Qué piensan los Teamsters de los candidatos?
Los dirigentes dijeron el miércoles que no respaldarían a ningún candidato ya que no había mayoría entre sus miembros a favor de la demócrata Harris o el republicano Trump.
Ninguno de los candidatos ha asumido compromisos serios sobre su apoyo a los trabajadores, argumentó el presidente de la organización, Sean O'Brien, en una declaración.
Pero a raíz del anuncio, muchas ramas locales se unieron detrás de Harris, en particular las de estados clave como Nevada, Wisconsin, Michigan y Pensilvania, que según los observadores serán claves para la victoria bajo el sistema del colegio electoral estadounidense.
¿A quiénes han apoyado los Teamsters anteriormente?
La organización ha apoyado a todos los candidatos demócratas a la Casa Blanca desde Al Gore en 2000.
Antes de eso, apoyó a los republicanos Ronald Reagan en 1984 y a George H.W. Bush en 1988, antes de respaldar al demócrata Bill Clinton en 1992.
En 1996, cuando Clinton se enfrentó al republicano Bob Dole, se abstuvo.
¿Qué significa esto para Harris y Trump?
“Es sin duda un revés (para Harris) porque permitirá a Trump reivindicar el apoyo de la clase trabajadora, si no de los sindicatos”, afirma Nelson Lichtenstein, especialista en historia de las relaciones laborales de la Universidad de California.
Para Paul Clark, profesor de la Universidad Estatal de Pensilvania especializado en relaciones laborales corporativas, la abstención es una “decepción” para Harris, pero “no es tan importante”.
El apoyo a nivel nacional podría ser invaluable para los candidatos porque activa las bases, explicó, y en una elección tan reñida, eso podría marcar la diferencia.
Y, sin embargo, Harris cuenta con el respaldo de otros sindicatos importantes que, además del apoyo de las secciones locales de Teamsters, podrían suavizar el golpe.
“A largo plazo, el respaldo de los sindicatos locales será más valioso y tendrá mayor impacto en el resultado de las elecciones”, dijo.
“Podría ayudar a Harris a llegar a la meta”.
